jueves, 21 de noviembre de 2013

LA MISIÓN©




      Quizás la pregunta sin respuesta que más se han hecho miles de millones de seres humanos a través de toda la historia del universo es: ¿Cuál es nuestra misión sobre la Tierra? Y enseguida inquieren: ¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es nuestro objetivo? ¿Cuál nuestra función dentro del perfecto ensamble universal que nos rodea? La otra gran interrogante humana es ¿De dónde venimos? Pero hoy en nuestro Evangelios Sotroc trataremos únicamente la primera de las grandes interrogantes universales: ¿Cuál es nuestra misión sobre la Tierra?
   Muchas respuestas se han dado. Algunas vagas, otra carentes de cualquier imaginación y coherencia. Comenzaré por descartar la más importante, a nivel religioso, de una de ellas. Las demás son tan insustanciales que siquiera vale la pena tomarlas en cuenta.



       En el libro del Génesis se afirma que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, y, para explicarles su función sobre la Tierra los bendijo con estas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo. (Génesis 1:28). Bastante vago, si nos ponemos a discernir que el ser humano es obra de un ser Todopoderoso, Divino, Perfecto y Omnipotente, Creador del cielo y la Tierra, qué nos dotó de un cerebro admirable (aún sin descifrar en su total dimensión y verdadero alcance) y más poderos y perfecto que cualquier computadora o máquina existente o por existir. De un cuerpo humano con una anatomía envidiable, donde cada órgano, músculo, hueso, nervio o célula tiene una misión específica para que todo funcione a la perfección. ¡Todo es perfecto en el cuerpo humano y todo, hasta la más microscópica de las células, tiene una misión específica y vital, entonces cómo pensar que la misión de ese acople de perfección es únicamente la de procrear, trabajar y multiplicarse para llenar a la Tierra y someter y dominar a los animales que están sobre ella (cosa que me parece absurda y estúpidamente odiosa), ya que también fueron obra de Dios.



      Los animales no están sobre la Tierra sólo para proveer al hombre del alimento necesario para sobrevivir. Cumplen otras y sorprendentes funciones, pero eso de afirmar que fueron creados para que el hombre pueda someter y dominar a especies, muchas de ellas inferiores al hombre en fuerza, tamaño y aptitudes, es un desatino. Mucho más cuando el hombre es un depredador por excelencia y el ser vivo más peligroso y explosivo que hay en el universo que conocemos hasta hoy en día. Reconozco (aunque tengo mis dudas) que la función y misión de la gran mayoría de los animales que hay en el planeta es la de proveer alimento y subsistencia a otros seres carnívoros en su espiral evolutiva, además de otras más específicas como vestimenta, adornos, utensilios e insumos médicos, sólo para citar algunas de sus “utilidades humanas”. Por otra parte, también sabemos que sin los insectos no existiría vida sobre el planeta y que las bacterias (en nuestro cuerpo alojamos miles de millones de ellas) son nuestro “escudo protector”, ya que impiden que seamos atacados por otras bacterias externas que podrían enfermarnos y causaron la muerte. Tampoco es un secreto que mientras estamos durmiendo neuronas, dentritas y axones, atacan y reparan con precisión milimétrica cualquier imperfección o mal funcionamiento de nuestro cuerpo. Esa misión la cumplen todos los días de nuestras vidas sin faltar uno solo. De otra forma podríamos morir porque significa que nuestro cerebro dejó de funcionar de forma saludable. Sabemos que las plantas, las algas del mar y la naturaleza toda nos mantienen vivos y respirando gracias a la fotosíntesis, fuente fundamental de toda vida en el planeta, ya que tiene las capacidad de sintetizas la materia orgánica, además de la producción de oxígeno y capa protectora de ozono. Esa es su misión: la de mantenernos vivos. Podrían citarse otros miles de ejemplos, pero creo que los señalados dejan clara la perspectiva de la misión que cumplen animales y plantas sobre el planeta Tierra.



         Todos y todo en el universo tienen una misión específica y bastante compleja. Entonces, porqué el ser humano, esa máquina perfecta, la creación más grande de Dios, sólo debe tener como simple misión de vida procrear, trabajar, reproducirse y dominar, cosa que hacen por instinto “animales inferiores” y bacterias. Totalmente inaudito, absurdo y fuera de toda lógica elemental. Sería un insulto al Creador. Una profanación a su deidad y una ofensa a su Sabiduría Infinita y Omnipotencia. Definitivamente, un vil insulto a la dignidad divina. Un sacrilegio. Y esto vale para todas las religiones existentes en el mundo que creen en un Dios Omnipotente y en la Creación Divina.
   No voy a extenderme ni abundar en más detalles sobre la función y misión de todo lo que Dios creó sobre la Tierra, porque sería harto estúpido y me desviaría del tema central: la misión del hombre sobre la Tierra.

       En vista de que no hay nada concluyente, ninguna razón coherente sobre la misión del hombre sobre la Tierra, deduzco, sólo deduzco, que el planeta Tierra es y fue concebido como un inmenso Campo de Entrenamiento donde los seres humanos son sometidos a pruebas y observados por el Creador mientras se capacitan para cumplir su verdadera misión, la cual indudablemente existe, pero que sólo comienza con la muerte física. Preciso: Cuando el ser humano muere, cuando le “llegó la hora”, es porque está listo, capacitado para comenzar a realizar la verdadera misión para la que fue creado y puesto sobre la Tierra. Al morir, los humanos comenzamos a ejercitar y cumplir la verdadera misión por la que se nos dio la vida, que, como afirmé antes, fue única y exclusivamente para capacitarnos y, lo más seguro, para desechar a los de espíritu y mente imperfecta o perversa.
   Es incoherente pensar el Creador puso a los hombres sobre el planeta para conquistar y morir. Absurdo. A otros para enriquecerse y morir. Inaudito. A un centenar de millones de personas más para depurarse espiritualmente. Extravagante. A muchísimos más para sufrir hambre y penurias y morir en la indigencia. Cruel. A otros para cultivar las artes y morir dejando una huella de su paso por la vida. Vanidad. A otros para trabajar hasta la muerte. Brutal. Y así un sucesivo rosario de incongruencias banales sobre la vida y misión del ser humano. Nada más lejos de la verdad. Ninguna de esas u otras es la misión que le tiene reservado el Todopoderoso a los seres humanos.


         En fin, y para evitar extenderme en trivialidades, concluyo afirmando con todo convencimiento que con la muerte comienza la verdadera vida y la revelación del por qué fuimos creados y cuál es la misión que el hombre debe cumplir, la cual, sin ningún lugar a dudas, estará llena de perfección y espiritualidad.
   La muerte es la vida misma y nuestra misión comenzará al morir... ¡Créelo!



Diego Fortunato©


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