Todo lo que ha de suceder sucederá y será un día 11. Un día 11 o alrededor de todo lo que se relacione o parezca a ese número o su simbología. Fuere como fuere, no obstante y a pesar de todo, el número 11 estará siempre claramente presente.
No voy a hacer en este evangelio un recuento bíblico-histórico o de la edad contemporánea de todo lo que ha acontecido un día 11. No es el motivo de esta revelación, como tampoco la de causar alarma o desasosiego, sino de instruir para que la humanidad espere ese día 11 en que todo acontecerá, con paciente misericordia y paz en sus corazones. De todas formas sucederá. No vale la pena inquietarse porque la inquietud y el temor nublarán vuestra razón y entendimiento.
¿Qué pasará?... ¿Eventos apocalípticos oscurecerán la vida del hombre? ¿Un gran desastre nuclear o natural? Siquiera un quizás sí o un quizás no, me está autorizado decir. No diré ni adelantaré nada, porque nada está permitido revelar. Sólo me es consentido decir que acojan con paz, armonía y amor los acontecimientos que vendrán.
¿Y por qué un día 11?... ¿Qué tiene que ver el número 11 con lo que deberá acontecer? Como iniciación, para que comiencen a realizar sus propios estudios y deducciones, les diré que el 11 es la armonía e igualdad perfecta. Es la divina proporción. Son las dos líneas paralelas que nunca se tocan y marchan con sutil paz hasta más allá de la nada. El 11 representa la pareja y la perfección y, al mismo tiempo, la dualidad y sus contrapartes, como el bien y el mal, el amor y el odio, la paz y la guerra, la luz y la oscuridad. El 11 es, igualmente, el todo y la nada, aunque transite hacia la nada solitaria y silente.
El 11 es el once porque es rectitud de pensamiento y aunque las dos líneas que lo conforman marchen por vías distintas y separadas, van paralelas en su camino de la nada infinita.
Por eso el 11 es tan importante, aunque hay otras realidades por las cuales es el 11 y no otro número el escogido para simbolizar el día en que todo lo que habrá de acontecer acontecerá. Aún no puedo revelar el porqué y cuándo. Lo haré si mis días en la Tierra se alargan hasta la víspera del día en que todo lo que habrá de acontecer acontecerá. Por ahora esperen y cultiven paz, amor, misericordia y armonía en sus corazones porque el día en que todo lo que habrá de acontecer acontecerá y será un día 11.
© Diego Fortunato
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