Posiblemente algunos ya están entre nosotros y no nos hemos dado cuenta todavía. No obstante, sus nacimientos pronto se multiplicarán por todo el orbe y la evidencia de su existencia no podrá ser escondida o contrariada. Serán tantos, que podrán ser reconocidos fácilmente. La luz en torno a su bondad y paz los hará visibles a todos. Irradiarán luz y comenzarán a ser llamados los Niños Luz, seres casi divinos que surgirán sobre la tierra con una única y sublime misión: conducir a la humanidad hacia la Tierra Nueva. Hacia una concepción más espiritual y menos materialista del mundo. Buscarán convertir al hombre, a todos los que habitan la Tierra, en seres más humanos… Más piadoso y misericordiosos, desechando de sus mentes y espíritus el instinto voraz y depredador que alberga en su ser.
Los Niños Índigo y Cristal fueron los pioneros. Los encargados de abrirles el camino a los Niños Luz para que el impacto de su presencia sea menos perturbador y más aceptable.
Los Niños Luz, que por muchos serán llamados Elegidos de Dios, son seres de sensibilidad casi divina, muy parecidos a los que nosotros creemos son los ángeles que moran en el cielo. Poco a poco, muy despacio y con acciones ejemplarizantes, irán reeducando, en todo el estricto sentido de la palabra, a la humanidad hacia la vida espiritual. Le irá despertando al hombre el hemisferio del cerebro donde anida su espiritualidad, adormecida hace milenios.
Como anunciamos en otro Evangelio Sotroc (ver EL ALMA DE LOS MUERTOS VAGA POR EL ESPACIO), los Niños Luz son seres de una inteligencia espiritual súper avanzada, ética y moralmente alejados de los principios materialistas que desde hace muchos siglos están acabando con el verdadero sentido de vida del ser humano.
Los Niños Luz nacerán por todo el planeta. En cualquier país o rincón del mundo y serán concebidos en el vientre de cualquier madre común y corriente, y por nada especiales. En apariencia, serán iguales a los demás niños, pero la Providencia Divina los dotará de mentes muy evolucionadas. En sus nacimientos no habrá ninguna discriminación o privilegio y toda mujer podrá gestarlo sin importar su pasado o presente.
Su denominador común y motivo de existencia es transformar la esencia del hombre para conducirlo a la Tierra Nueva siempre imaginada, donde imperará el amor, la igualdad, libertad, paz y justicia más absoluta.
Desde tiempos inmemoriales San Juan lo reveló en forma clara en el capítulo 12:36 de su evangelio. Mientras tenéis luz, creed en la luz para que seáis hijos de la luz, escribió haciendo referencia no sólo al poder divino de Dios sino también como un anuncio de la vendida de los Niños Luz sobre la tierra. En la Biblia hay muchísimas alusiones al respecto.
En la novela La Estrella Perdida igualmente se deja evidencia de que esto sucedería: “…No terminó de decirme el asunto de Los Elegidos. Usted habló en la reunión de un supuesto Evangelio inédito de San Juan y del actual capítulo 12:36, donde se habla de los hijos de la luz y del papiro trascrito por el profesor Gagliardi que dice como testigo fiel el cielo, nacerán con aura de cristal los nuevos ungidos. El día que el sol ilumine delante de mí serán esparcidos por toda la Tierra”.
Sea como sea, una cosa es inobjetablemente cierta. Los Niños Luz nacerán sobre la tierra, tal como ya hace bastantes años comenzaron a nacer los Niños Índigo y los Niños Cristal. En aquel entonces, alrededor de ellos se tejieron un sin número de especulaciones y muchísimas descalificaciones y “maldiciones”. Entre otras cosas se les consideró de desadaptados, de niños excepcionales con problemas de conducta y hasta mentales. Nada más lejos de la verdad. Hizo falta un buen tiempo para que psicólogos y estudioso comprendiesen y revelasen al mundo su verdadera naturaleza e inteligencia superior.
Al inicio sucederá lo mismo con los Niños Luz y con quienes certifiquen sus dones divinos.
La realidad es que ya están aquí. Se han comenzado a mostrar muy despacio a fin de evitar alboroto innecesario a su alrededor. Su intención no es crear alarma, sino llevar a la humanidad hacia un nuevo amanecer. Un mundo nuevo, totalmente espiritual alejado de la codicia, ambición y las guerras producto del voraz materialismo que está destruyendo y envileciendo al hombre. Conducirlo hacia una Tierra Nueva donde imperará la justicia y cuya única meta de existencia será el amor al prójimo.
La Tierra Nueva se convertirá en un bloque homogéneo constituido por todas las naciones de nuestro planeta. Será un único país. Las fronteras dejarán de ser las líneas imaginarias que dividen estados y se convertirán en una triste remembranza de la codicia y afán de conquista y sumisión del hombre.
En fin, veremos el nacimiento de un mundo sin odios y rencores. Sin maldad ni egoísmos y apartado de toda violencia. Una Tierra Nueva llena de paz y amor, donde la verdad y la fe serán los principios más absolutos del ser humano. Donde no existirán las desigualdades sociales y la pobreza apenas será el triste recuerdo de una civilización déspota, sanguinaria y cruel.
El día está cercano. Próximo… Más de lo que imaginan. Sólo hay que esperar. ¿Será tu hijo un Niño Luz?... ¿Lo estarás concibiendo en este instante?... Estará naciendo alguno ahora…
© Diego Fortunato