domingo, 16 de septiembre de 2012

SEMBRAR VIDA EN MARTE©




   El asunto es simple y no merece grandes explicaciones. Sobre Marte se ha especulado y dicho mucho. Eso no importa. Lo importante ahora es poner manos a la obra y comenzar a actuar. Si hubo vida o no, eso, por ahora, no es trascendente. Si se encontraron o en el futuro se encontrarán vestigios que podrían hacernos suponer que todavía existe la posibilidad de vida microbiana en su superficie es de importancia “histórica sideral”, pero no relevante en estos momentos. Lo fundamental ahora es que al próximo Explorador que se envíe a Marte para analizar su “terreno”, además de cumplir con esa misión, también se le asigne la tarea de sembrar vida cerca de sus polos.


   Sí, de sembrar vida, leyeron bien. Eso se puede hacer de varias maneras. Primero, llevando en recipientes herméticamente sellados ciertos tipos de bacterias y microbios terrestres que se puedan adaptar y sobrevivir a las bajas temperaturas de sus polos, y, virtualmente, sembrarlas a diferentes profundidades de su superficie. Habría que envasar al vacío y proteger a algunas de esas bacterias recubiertas en diferentes tipos de lodo terrestre a fin de que su hábitat inicial, de adaptación, sea idéntico o muy parecido al de la Tierra y luego, una vez escogido el sitio, preferiblemente cerca de los casquetes polares ya que allí se presume la existencia de agua congelada a ciertas profundidades, simplemente sembrarlas. Por supuesto habría que acondicionar al Explorador Vida, se me antojaría llamarlo en caso de que se fabrique el aparato espacial, para que realice esa delicada misión.
   Una segunda misión del Explorador, el Vida II, debería desplazarse hacia los cráteres de impacto del hemisferio sur de Marte, hacia la llamada cuenca de impacto Hellas Planitia, la cual tiene más seis kilómetros de dos mil de diámetro, ya que, al igual que otros cráteres, su morfología indica que la superficie está húmeda y llena de barro.
   El siguiente paso, siempre dentro del mismo experimento Vida, sería tomar otro grupo de cápsulas llenas bacterias, abrirlas y simplemente dejarlas rodar hasta los profundo de algunas grietas de la superficie marcianas previamente escogidas. Preferentemente cerca de donde se supone y especula que agua congelada emana del subsuelo gracias al descongelamiento y liquefacción de las grandes capas de hielo debido al calor de su núcleo, el cual sigue parcialmente “vivo” y podría revivir completamente con la “Operación Bacteria” impulsada desde la Tierra y llevada a cabo por el Explorador Vida.
   La misma operación podría repetirse con ciertas semillas de plantas resistentes al frío gélido, tales como las que hay en los Himalayas y el frailejón y otras especies de la Cordillera los Andes, los cuales son resistentes tanto al calor intenso como al frío glacial.
   Concluido este primer paso, solo restaría esperar y observar atentamente. Si le logra una “buena cosecha”, “pronto” los seres unicelulares se convertirían en seres pluricelulares y de allí en adelante seguiría el génesis, la verdadera creación de la vida, de la cual todos suponemos y “creemos” conocer.


  Sería un primer paso. Un paso muy importante y un buen ensayo. Es posible que el desarrollo de esa vida sembrada en Marte lleve millones de años en evolucionar, tal vez no tantos, si tomamos en cuenta que el año marciano es casi el doble del de la Tierra. Además, existen otros procesos de aceleración de la vida. Nadie sabe cuánto tiempo se tomaría, pero por mí revelación presumo que mucho, pero mucho menos de los que podríamos imaginar.
   Lo primordial es que se irían creando en Marte condiciones para que las generaciones futuras tengan la oportunidad de planificar y hacer con suficiente tiempo de antelación la “mudanza” extra planetaria, el Gran Éxodo Terrestre, cuando nuestro querido y amado Sol cese su vida y se apague.
   Si el experimento marciano tiene éxito, enseguida hay que comenzar a llevar, además de microbios, bacterias y semillas, plantas de todo tipo y hacer un Invernadero Marciano. Sería posible ir creando “artificialmente” oxígeno en esos invernaderos hasta llegar al 21% sin importar sus condiciones actuales. Al aumentar el nivel de oxígeno dentro de los Invernaderos de Marte también podríamos elevar el de nitrógeno, el cual es muy bajo (2,7%) y, poco a pocos, ir creando una atmósfera muy parecida a la terrestre. ¡Imposible!... En eso estriba el reto del experimento. Podría comenzarse por recrear en la Tierra las condiciones atmosféricas y de terreno de Marte y ensayar. Ensayo y error. Ensayar y errar, hasta que se logré.


   Un punto a favor es que (de acuerdo a mí revelación no cabe la menor duda de que así sea) el metano hallado en la superficie de Marte proviene de su núcleo, el cual aún sigue “vivo” y que su campo magnético se está regenerando en el espacio vacío que dejó desde el mismo momento que aminoró sus giros. Recuerden que ‘los espacios vacíos’ se llenan al dejar de funcionar el eje central.
   No es ninguna incoherencia creer que en las profundidades del suelo marciano hay miles de billones bacterias subterráneas y que el metano que se escapa hacia la superficie del planeta proviene de la muerte de esas miles de millones de bacterias atrapadas en el interior de sus capas tectónicas durante miles de millones de años.
  Además, la evidencia de pequeñas corrientes de agua (cauces secos de ríos y arroyuelos) descubiertas en Marte son producto del recalentamiento de su núcleo, el cual derrite ciertas áreas de sus polos y capas débiles y con fisuras, que van liberando el agua congelada que comienza a fluir como pequeños manantiales a su superficie pero por la condiciones de resequedad y calor de su atmósfera y superficie, pronto se seca y desaparecen dejando tras de si sus huellas, evidencia de que el agua fluyó.

   Recuerden que el llamado Bombardeo Intenso Tardío al que fue sometido la Tierra por grandes y violentos asteroides hace aproximadamente 4.100 millones de años fueron semillas de vida (núcleos y bacterias venían adheridos dentro de la masa los asteroides) que luego se convirtieron en seres unicelulares (microbios o bacterias) que evolucionaron después de otros tantos millones de años a la vida multicelular y de allí, luego de múltiples y complejos procesos, hasta el hombre.
   ¿No fueron acaso las cianobacterias (algas verdeazuladas) la primera vida en la Tierra?… ¿No son ellas capaces de realizar fotosíntesis oxigénica de forma espontánea? En los inicios de la Tierra no había buenas condiciones oxigeno y ellas pudieron hacer la fotosíntesis.
   Si el experimento planteado se llevase a cabo, recuerden que la mutación produce muchos organismos unicelulares muy distintos unos de otros, pero a través de ellos se puede llegar hasta la amiba (seres pluricelulares). ¿No existe acaso una teoría que afirma que los aminoácidos, provenían del espacio (panspermia) y que muchos compuestos orgánicos cayeron del espacio a la Tierra a través de los meteoritos? ¿Qué las bacterias o esencia de la vida prevalecen diseminadas por todo el universo y que la vida comenzó en la Tierra gracias a la llegada de esas semillas siderales a nuestro planeta?
   ¿Será cierto que puede haber evolución sin atmósfera terrena?… ¿No hay piedras que se alimentan de piedras, o sea la energía de la tierra? Además, ¿qué les parece si aplicamos a nuestro experimento el ADN (evolución, reproducción y copia) de las especies. Replicarse (copiar). La vida de cualquier organismo y su ADN se divide y crea otro.
   Cultivar nueva vida en el espacio infinito es posible. Lo que no es posible es imaginar que no se puede. Hay que intentarlo… ¡Somos una réplica del todo y de la nada!
© Diego Fortunato



¡ATENCIÓN!... ¡ATENCIÓN!...
No se lo pierda
el texto completo de la novela URL, EL SEÑOR DE LAS MONTAÑAS, epopeya fantástica tan premonitoria con las obras de Julio Verne, donde se dibuja el dramático destino que le tocará vivir a Venezuela. Como abreboca, abajo una pequeña sinopsis de la novela.
SINOPSIS
   En una de las más fascinantes epopeyas contemporáneas, Url, El Señor de las Montañas, un ser dotado con poderes divinos, libra feroces batallas al lado de sus guerreros para salvar a su nación de las garras de La Fuerza del Mal comandadas por el sanguinario dictador Adolfo Láchez, quien posee un entrenado y bien armado ejército de más de un millón de hombres. Para enfrentarlo, utiliza los poderes de El báculo de la Esperanza, un poderoso madero de gran fuerza destructiva que le fue legado por El Creador. Katria, una bella ex modelo, Longar, el soldado negro, Hatch, el guerrero petrolero y Kunato, el japonés estratega, son algunos de los héroes Libertarios que luchan a lado de Url en unas inhóspitas montañas enclavadas en La Cordillera de la Costa. El día de La Batalla Final, ocurrirá un acontecimiento que hará estremecer de miedo hasta a los más fieros guerreros.

sábado, 18 de agosto de 2012

EL MAR RECLAMA LA TIERRA©


tsunamis

   Nadie se ha detenido a estudiar su comportamiento y su “pasión”, sin embargo el sigue imperturbable en su camino, ahora con más decisión que nunca. Me refiero al mar, océanos, ríos, lagos y todo lo que contenga una mera y, supuestamente, insignificante gota de agua. Sigue en su silencioso y agotador trabajo de reconquistar la tierra que una vez le perteneció. La tierra que una vez estuvo en el fondo del mar y que por circunstancias de “vida”, gracias a erupciones volcánicas submarinas y movimiento de sus profundas capas tectónicas, tuvieron que emerger para “respirar” y realizar el milagro del nacimiento, de darle vida y sentido al homo sapiens, al hombre. Pero ahora el mar (océanos y todo que contenga agua en microscópico movimiento) reclama la tierra que nos fue concedida. Y no es por ninguna circunstancia especial, tampoco por “castigo divino”, sino por ciclo natural y evolutivo cuyo proceso, en el tiempo cósmico, apenas dura algunos miles de años, pero que en el tiempo humano se calcula por billones de años y eras.

   
  
  Si los humanos se detuviesen, aunque sea por unos cuantos minutos a expandir la mente un poco más allá de sus narices, se darían cuenta que las plataformas continentales, límites marinos y líneas costeras de todos los continentes, y valga la redundancia, se han venido reduciendo drásticamente desde hace miles de años a esta fecha y, lo que es peor, pronto el trabajo silente del mar se abalanzará con mayor furia para reclamar lo que una vez le perteneció a su fondo. Ciclones, vendavales, maremotos, tsunamis, deshielos polares, mareas incontratables y una serie de nuevos fenómenos naturales irán retomando gran parte de la tierra de los continentes hasta que un día, en cientos de miles de años, la Tierra, nuestro planeta-hogar será nuevamente, como lo fue hace millones de años luz atrás, otra vez toda, o casi toda, agua, y sólo pequeños islotes y archipiélagos se levantarán de sus profundidades. Allí nacerá el Hombre Nuevo, un hombre alejado de conquistas, guerras y descomunal materialismo. El destino le asignará a ese Hombre Espiritual comenzar a repoblar lo que quedó de la Tierra y que el mar, generosamente, debido a otros cambios que sufrirá el planeta en su núcleo, le irá paulatinamente regresando a algunos territorios, los cuales en nada se parecerán a los que ya habían existido sobre la Tierra. En ese momento nuestro planeta-hogar, aunque seguirá tan redondo como una bola de billar, será diferentes en su conformación, distancia y relación entre mar y tierra, porque, además de algunos islotes y archipiélagos aislados, será un todo, uno sólo continente, una única masa de tierra compacta e irregular con sus ríos, lagos y montañas a la que los hombres llamarán Tierra Nueva y todo recomenzará hasta que el ciclo, dentro de otros billones de años más, se repita, porque en el universo todo es cíclico: el hombre volverá a abandonar su espiritualismo y se dejará dominar por el demonio del materialismo y volverán las luchas, guerras y conquistas, hasta que el mar vuelva a lanzar su desesperado grito y grandes olas, maremotos, deshielos y todo los demás fenómenos vuelvan a retomar la tierra y hundirla nuevamente en el infinito océano.
   En ese entonces, el llamado Planeta Azul será aún más azul, pero pincelado de ribetes ambarinos, como anunciación de su imbécil ceguera, ambición y egoísmo.

  A fin de aclarar un poco el proceso que ya tiene billones de años realizándose en el planeta Tierra, les diré que se llama desterronalicuefacción. Algunos estudiosos de profecías antiguas les dan también el nombre de desterronazón, desterronación, desterronainvasión, entre muchos otros, aunque todos esos conceptos signifiquen más o menos lo mismo, o sea, licuar la tierra y hundirla nuevamente en el mar.
   Así me fue revelado y así lo escribo. Paz y amor a los hombres de buena voluntad y a los que aún no la tienen les sugiero, por su bien, conseguirla.







© Diego Fortunato

domingo, 8 de julio de 2012

¿CÓMO SON LOS OROCNES? ©







   Los Orocnes, los seres vivientes que habitan las profundidades del océano Pacífico (Ver Evangelios Sotroc LOS SERES VIVIENTES DEL FONDO DEL ABISMO), también conocidos como los Pisces sapiens, humanoides de los abismos oceánicos, son una simbiosis entre peces y humanos.
   Antes de definir la constitución de los Orocnes, es deber recordar que me refiero “a seres inteligentes, mamíferos y vertebrados, tal como los humanos, de avanzada anatomía y con talento, para no decir mucha sabiduría. Su complexión es perfecta, casi divina se podría señalar, y pueden vivir, además de en los abismos y profundidades del océano Pacífico, también en la superficie terrestre, ya que tienen una gran capacidad de adaptación y órganos respiratorios, así como otros, incluyendo el reproductivo, muy parecidos a los de los humanos. Su estatura media, midiendo su altura en forma vertical, aunque ellos en el agua se desplazan en forma horizontal, al igual que la mayoría de las especies marinas, es de dos metros ochenta centímetros, si bien pueden llegar a medir más de cuatro metros en su constitución más avanzada.” (Sic Evangelios Sotroc LOS SERES VIVIENTES DEL FONDO DEL ABISMO).



   Los Orocnes, al igual que los humanos, tienes dos miembros superiores y dos inferiores, lo que les permite, cuando están en la superficie terrestre, andar erguidos. Las dimensiones de ambos miembros son similares, en alto grado comparativo, a la de los humanos y están y se mueven en perfecta armonía con el cuerpo. Sin embargo, a diferencia de los humanos, los Orocnes tienen unidas sus extremidades, tanto las superiores como las inferiores, por una delgada, resistente y flexible membrana, la cual despliegan en el agua para obtener mayor velocidad de nado. Igualmente las utilizan en la superficie terrestre para planear, aunque virtualmente vuelan, tal como lo hacen las ardillas voladoras. La membrana que une a sus extremidades es tan delgada y flexible, que semeja la tela de un paracaídas, por lo que no les molesta en lo absoluto cuando caminan por la superficie terrestre o en las elevadas montañas y cordilleras volcánicas de suelo abisal.


   Su piel, como ya se dijo en el anterior Evangelio Sotroc, es de color plateado blanquecino. Los Oronces carecen de escamas y su cuerpo emite un destello lumínico nacarado que les guía y protege, tal si fuese una manta térmica, por las oscuras y frías aguas abismales que, en algunas épocas del año, pueden llegar casi a punto de congelación.
   Los píes y manos de los Orocnes son retractiles. Cuando nadan, desde la parte baja de su piernas, a la altura de los gemelos, brotan unas especies de aletas, muy parecidas a las chapaletas de buceo, las cuales tiene una delgada, transparente pero resistente bolsa marsupial donde introducen instintivamente los pies, los cuales, al igual que los de los humanos tiene planta, pero sólo tres gruesos dedos, todos casi de similar tamaño, pero con una falange más, por lo que tienen mayor longitud de agarre. A veces son utilizados a manera de arpón. Las aletas se extienden a más de sesenta centímetros fuera de su talón de Aquiles y son empleadas para nado preciso. Con las manos ocurre lo mismo, aunque a diferencia de los pies tienen cuatro dedos (menos el meñique de los humanos), los cuales emplea armoniosamente todos a manera de pinza y con flexibilidad extrema. El bolsón retráctil de los miembros superiores, muy adherido a su piel, baja desde los codos, a la altura del músculo braquioradial y extensor radial, y se abre suavemente para que, sin esfuerzo y, automáticamente, con movimiento reflejo imperceptible, se introduzcan en ellas sus manos a fin de que sean recubiertas por una sutil pero resistente especie de guante ventoso y cartilaginoso.



   Cuando los Orocnes están en sus cuevas-ciudades y “castillos” abiertos y esculpidos por ellos en las profundidades del Pacífico, se desplazan erguidos, en dos patas, o en posición de alpinista que remonta una escarpada cuesta y ayudados por sus manos. Al tal efecto, las chapaletas con las que nadaron minutos antes se retraen a su posición normal debajo de los gemelos y músculos extensores de los brazos.
    El órgano reproductor masculino es una especie apéndice muy fino, puntiagudo, delgado y retráctil que el macho tiene a la altura del ombligo humano. El de la hembra está en la espalda. Inmediatamente después de finalizar la última vértebra, o cóccix, y consiste, en su estado aletargado, en una pequeña abertura no más grande que la cabeza de un clavo tamaño mediano (que se comunica con las gónadas) que en el momento del aparejamiento se abre en forma de pequeño embudo, el cual admite y alberga en su interior el apéndice del macho y los cierra herméticamente en su interior. Es algo muy similar, pero en pequeñas dimensiones, a lo que ocurre cuando una avión F18 se reaprovisiones de combustible con la nave nodriza cisterna en pleno vuelo. En el caso de los Orocnes no es en pleno vuelo sino a pleno nado.
   La copulación de los Orocnes dura aproximadamente una hora. Durante ese período de tiempo la pareja nada unida en una especie de danza lírica y nado sincronizado, cuyos movimientos van desde los ondeados al espiral con ascenso vertiginoso al finalizar la última curva y, elípticamente, con movimientos casi imperceptibles, al concluir la hora de aparejamiento.



   Los Orocnes siempre danzan junto a otra gran cantidad de su especie, por lo que ese momento semeja, gracias al destello lumínico que emite sus cuerpos, una excelente gran puesta en escena en las oscuras y gélidas profundidades del mar. Normalmente los meses de aparejamiento más prolíficos son durante los meses de julio y agosto del Calendario Lunar, el cual consta de 354 días y se basa para la medida del tiempo en los ciclos de la Luna. ¿Por qué los Orocnes dejan atrás y no toman en cuenta los 11 días que faltan para sumar los 365 del Calendario Solar? No lo sé. Por ahora es un misterio, aunque el número 11 mueve a muchas perspicacias.
   La disposición de la cabeza, rostro y facciones de los Orocnes es muy parecida a las de los humanos, sin embargo no hay que olvidar que, aunque mamíferos, pertenecen a la familia de los peces.



   Tanto machos como hembras poseen, ojos muy especiales, grandes y de doble refracción, ya que pueden ver en las profundidades abismales de los océanos como en la superficie terrestre y a pleno sol. Además, su órgano de la vista, de forma esférica igual a la de los humanos, está integrado por un sistema óptico que le permite ver la formación de imágenes en una capa de células sensibles a la luz, así como en la oscuridad más absoluta del fondo oceánico. Y, lo más alucinante, su cristalino funciona con un radio de percepción de 360 grados, tanto hacia delante como hacia atrás, enfocando al mismo tiempo cada detalle como sí se tratase de una lente gran angular y teleobjetivo de cámara fotográfica trabajando al mismo tiempo y en forma simultánea. Esa capacidad es manejada a la perfección por su pupila y nervio óptico, el cual procesa al cerebro toda la información visual en microsegundos, tal como si se tratase de una supercomputadora. Su iris es variable. Dependiendo de la profundidad en la que se encuentren, se puede modificar desde el negro azabache al verde agua, pasando, en algunos estadios y circunstancias, por el azul turquesa y hasta el rojo, cuando hay erupciones y precipitaciones volcánicas en fondo abisal.
   La boca de los Orocnes es muy fina y tanto el labio superior, un poco más grueso, como el inferior, se parecen mucho a los de los humanos, sobre todo al de las mujeres de labios muy finos. Su dentadura, aunque con el doble de piezas que las de los humamos, es muy estrecha (en su aspecto exterior no sobrepasa los dos centímetros de longitud) y está diseñada para diferentes usos. Desde una suave mordedura, a una desgarradora dentellada. También tienen utilidad de segueta, maceración y templada hoja de navaja.
   Su lengua no tiene nada que envidar a las de los humanos, aunque sus papilas gustativas estás más desarrolladas. También tiene en su parte trasera una especie de ventosas que sirven de laboratorio químico, ya que mandan órdenes al cerebro e indican, en fracciones de microsegundos, si el alimento o agua posee algún contaminante o elemento perjudicial para su salud. Sus orejas están adheridas a los parietales y tienen la forma de un pequeño pez, similar al que los primeros cristianos pintaban en las catacumbas cercanas a la Antigua Roma, y los lóbulos tienen un diseño triangular con base semicurvada. Sus oídos funcionan como micro radares y su capacidad auditiva puede alcanzar varios kilómetros tanto en el agua como en la superficie terrestre, lo cual les permite percibir con exactitud distancia, altura y la longitud de los sonidos. Su nariz, si se le puede llamar nariz a las pequeñas protuberancias que emergen desde el centro de su cara, percibe e identifica olores a kilómetros de distancia gracias a su glándula olfatoria hipersensible. Por supuesto que carecen de cabellos en su cabeza. En su defecto tiene una especia de aleta de tiburón bastante corta, de unos seis o siete centímetros, que le sirve de timón delantero cuando van a grandes velocidades por los abismos submarinos, ya que sobrepasan los 160 kilómetros por hora y, dependiendo del caso, pueden avanzar si así se amerita, mucho más rápido. En la parte posterior de la aleta tienen, tanto el macho como la hembra, un arpón retráctil, parecido a las de la manta rayas, el cual puede inyectar un veneno paralizante, en el mejor de los casos, o totalmente letal sin son atacados por algún depredador tanto dentro como fuere del agua.



   El cuello de los Orocnes está fusionado a su cuerpo, por lo que se podría decir que carecen de el. Son de “hombros” trapezoidales, fuertes y vigorosos.
   Su sistema respiratorio es una de las grandes maravillas de la naturaleza ya que es una especie integrada de branquias y pulmones. Las primeras las utilizan en el agua y los segundos en tierra. Las activan y desactivan, según el caso, gracias a que poseen una tráquea cartilaginosa y membranosa con anillos deslizantes, como si se tratase de una esclusa o compuerta marina, la cual, de acuerdo a las circunstancias, dejan pasar o bloquean el oxígeno puro.
   Otra de las maravillas de su constitución es que tiene la capacidad de regeneración celular o sea de rehacer, a la perfección, cualquier parte de su cuerpo si este, por alguna circunstancia, es afectado o mutilado por un depredador. Todo esto se debe a que su cuerpo “segrega” una gran cantidad de neoblastos (células madre pluripotentes) y forman una blastema de regeneración que indica qué o cuáles partes o estructuras del cuerpo tiene que ser regeneradas en su forma y proporción corporal correcta (morfalaxis).
   Si estaban pensando lo que yo creo que pensaban, le diré que sí, que también hablan. Aunque sus vocablos y forma de comunicación distan mucho de la humana, gracias a su desarrollado cerebro quizás, algún día, cuando su presencia sea más que evidente sobre el planeta Tierra, puedan aprender a hablar, tal como nosotros, y en diferentes idiomas.
   Por supuesto que faltan muchas, pero muchísimas cosas que explicar y decir de su anatomía y bioquímica. Quizás sea tema de otro Evangelio Sotroc. Quizás sí, quizás no. Por ahora, creo que es suficiente.



© Diego Fortunato




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sábado, 16 de junio de 2012

¡Pronto!... ¡Pronto!...


¿CÓMO SON LOS OROCNES?
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El nuevo Big Bang
SIN ESPACIO NI TIEMPO©


   Los agujeros negros constituirán la destrucción del universo, pero, al mismo tiempo, serán los encargados de restablecer el orden en el espacio-tiempo. Ellos o el, porque al final habrá un solo e inmenso agujero negro, será el responsable del nuevo Big Bang, de otra gran explosión parecida a la que aconteció hace aproximadamente 15 mil millones de años, el cual creará un universo nuevo, más ordenado y armónico. El nuevo Big Bang será llamado en la Tierra el Big Creator.
   El proceso ya se ha iniciado y nadie ni nada podrá detenerlo. Durará millones de años para completar su ciclo universal, el cual, como dije antes, ya ha comenzado.
   Hasta ahora los astrofísicos y científicos de todo el mundo se rompen la cabeza para saber y comprender la función centrifugadora de los agujeros negros y, aún más, entender el deber ser de su existencia en el espacio. No comprenden porqué están allí. Intuyen cuál es su mecánica cuántica, pero ni se imaginan cuál es su función verdadera y real y porqué absorben todo lo que se le acerque para engullirlo en esa gran licuadora espacial sin aparente fondo. ¿Por qué lo hacen? ¿Cuál es su verdadera tarea y por qué?



   Lo explicaré en palabras sencillas y entendibles para todos. Su función es la de ir absorbiendo a través de su fuerza gravitatoria todo lo que hay en el espacio-tiempo y, figurativamente hablando, licuarlo. Cuando digo todo es todo: planetas, soles, asteroides, galaxias, constelaciones y todo lo que ronde, conocido o por conocer, por el universo. Pronto (con el pasar del los siglos), y de eso tendrán evidencia los astrónomos del futuro, irán descubriéndose nuevos y más grandes agujeros negros en el espacio. Desde la Tierra podrán -también con el pasar de los siglos-, verse algunos a simple vista. Sí, leyeron bien. Desde cualquier punto del planeta Tierra los humanos podrán ver a los agujeros negros en su voraginoso canibalismo espacial.
   Una vez que esos agujeros negros hayan absorbido la total capacidad de su energía (como si se tratase de un estómago lleno) se irán fundiendo unos con otros, por lo que al unirse ambos (dos o más) la capacidad de absorción del nuevo será mayor y así seguirán creciendo hasta repetir el ciclo una y otra vez hasta que, al final, en el universo sólo quedará un inmenso y desproporcionado agujero negro súper masivo con una masa de más de tres millones de soles. Sólo eso. Nada más. Ya no más galaxias, estrellas, planetas, ni asteroides. ¡Nada! Únicamente un gran agujero negro. En ese momento dejará de existir el espacio-tiempo. Sólo existirá la energía del silencio, una energía oscura y transparente alrededor del inmenso agujero negro. En ese instante y luego de haber pasado 33 mil millones de años, acontecerá el nuevo Big Bang o sea el Big Creador, el cual originará un nuevo universo, que también, como el anterior, será producto del caos, pero formará un espacio ordenado, armonioso y coherente en sus sistemas y composición.


   Nacerán nuevos mundos, nuevas galaxias, nuevos planetas, asteroides, constelaciones, estrellas y cometas, pero muy diferentes a lo poco o casi nada de lo que hoy en día conocemos del universo. Orbitarán en un espacio-tiempo también infinito, pero en vez de atmósfera tal cual la conocemos hoy en día, o el vacío silencioso y oscuro tal como lo percibimos en la actualidad, será un compuesto de oxígeno hidrogenado y agua, cuyo color más intenso semejará al verde claro en sus diferentes degradaciones y compuestos refractarios.
   El nuevo universo y su espacio-tiempo será poblado por nuevos seres. Nadie sabe cómo serán y tampoco me fue revelado, aunque una cosa me fue adelantada: estarán ungidos de paz.




©Diego Fortunato




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miércoles, 28 de marzo de 2012

EL GEMELO DE LA TIERRA©


   En la Tierra todos tenemos, al menos, un doble. En el mundo animal y vegetal mucho más. La clonación natural es parte importante de nuestra Madre Naturaleza. En la naturaleza todo se repite como en una espiral de energía invisible. Nadie se percata de ello. O, mejor dicho, el ser humano obvia, subconscientemente, ver, advertir esa realidad. Pero no por ello deja de repetirse. Dos gotas de aguas son similares tanto en su composición como en su forma. Millones de ellas también. El oxígeno, el aire que respiramos, también es igual, tanto en su esencia particular como en su estructura química. Hojas, flores, briznas de polvo, granos de arena y un millón de etcéteras más se repiten en nuestro mundo y en todo el universo. Tienen sus gemelos. El cuerpo humano tiene muchos gemelos, partiendo de los ojos, cejas, orejas, manos, brazos, piernas, células y otro, también sin fin, de etcéteras de nuestro organismo. Hasta el universo tiene su gemelo (Ver Evangelios Sotroc ¿QUÉ HAY DETRÁS DEL UNIVERSO?).



   Precisamente, nuestro gemelo, el gemelo del planeta Tierra, está ubicado detrás del universo. En nuestro gemelo Tierra también hay vida, aire, mares y océanos. Hay seres idénticos a nosotros. Hay hombres, mujeres y niños, tal como los hay entre nosotros. Hay casas, edificaciones y vías de comunicación cuya construcción se realizó con el mismo fin y motivo por lo que los humanos las construimos, pero son diferentes en su estructura, materiales, ingeniería y arquitectura. En el gemelo de la Tierra, lo único que no es igual a nosotros, a los humanos que moran en la Tierra, es su forma de pensar y actuar. En nuestro gemelo se vive una vida espiritual donde la palabra materialismo no existe siquiera en su código genético, mucho menos en sus diccionarios o libros. Ese mundo espiritual que los sustenta, en el que están inmersos desde su concepción, es su verdadero motivo de vida.



   Tanto nuestro gemelo Tierra como los seres que lo habitan, forma parte de la evolución. Son seres puros, descendientes primarios de los Niños Luz (Ver Evangelios Sotroc LOS NIÑOS LUZ) que comenzaron a habitar nuestro descontrolado planeta. Allí no existe el pecado, tampoco contaminación de aire, ríos o mares. Allí todo es armonía y paz… Sé lo que están pensando. ¡Claro que si!… ¿Por qué no?  Es lo más parecido a lo que uno se imagina que es o fue el Edén.
   Nuestro gemelo se revelará al mundo. No será ahora. Falta mucho, pero no tanto como se pueda creer. Recordemos que el tiempo, la forma de medir el tiempo de los humanos, no tiene nada que ver con el verdadero tiempo. Lo que para nosotros pueden ser millones de años, en el tiempo cósmico podrían ser apenas días. Es la paradoja del tiempo… Dejemos al tiempo que decida cuándo será.






© Diego Fortunato


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domingo, 18 de marzo de 2012

EL ARTE DE LA FELICIDAD©





   Hay dos formas para alcanzar la felicidad, la plena felicidad. La felicidad que llena y embarga tanto el alma como el cuerpo. Una, es a través de Dios, del misticismo religioso, pero no empalagoso, el cual obnubila y ciega razón e intelecto, sino del misticismo puro. No del fanático, el cual es obra de las bestias inmundas de la oscuridad mental y conlleva al mal, a la destrucción y al terrorismo, tanto psíquico como material. El misticismo puro es simple y no necesita muchas explicaciones. Es la materia espiritual que circula por cada una de nuestras venas y brota por todos y cada uno de nuestros poros. El misticismo puro consiste en estar en constante comunión con Dios. Es esa paz interior que se saborea cuando nuestro ser, nuestra alma, vive imbuida y en armonía con el Espíritu Santo. El que encontró a Dios y lo alberga en su corazón sabe a qué me refiero. Ellos no necesitan más palabras ni explicaciones. Y cuando me refiero a Dios es a Dios, único e indivisible, porque en el universo existe un único Dios, no importa a qué religión pertenezca o como se llame, porque Dios es uno sólo. No importa qué figura, forma o nombre se le dé en las diferentes religiones o lenguas existentes. Es uno solo y punto. En eso no hay discusión posible y tampoco debe existir ninguna duda en la mente de los humanos. Es inteligencia superior e infinita. Pero dejemos esta disertación hasta aquí, ya que no es tema de este Evangelio Sotroc considerar la infinita omnipotencia divina y las razones que le indujeron a Dios a “parcelar” al hombre, al humano, en diferentes religiones… ¿Fue para sopesar su confusión o valorar su integridad? Quizás sí quizás no. Por ahora no me está permitido revelarlo.



   Después de referir someramente la primera forma de ser feliz, de alcanzar la felicidad, y que, a la postre, es la más íntegra de las dos, paso a detallar, también someramente, la segunda manera de ser feliz, la cual no es tan simple, pero si totalmente posible y enriquecedora para el espíritu humano e indispensable para su paz interior.
   Esta felicidad se logra a plenitud educando al cerebro. Es un arte, es el Arte de la Felicidad y se alcanza haciendo ejercicios diarios, tanto conscientes como subconscientes. Esos son los dos, y únicos, niveles para el aprendizaje del Arte de la Felicidad. Y, para practicar este arte, hay que hacer ejercicios, tal como lo hacen las bailarinas de ballet o los cantantes de ópera que quieren convertirse en Prima Donna, Tenor o Soprano. En el caso que nos compete, se trata de ser felices, nada más.
   Como si estuviésemos en una escuela, para aprender el Arte de la Felicidad se tiene que comenzar por el Primer Nivel para luego pasar al Segundo, el cual, debido a que es subconsciente, se consigue, igualmente, de forma subconsciente y para activarse sólo se necesita superar la prueba consciente del Primer Nivel. O sea, si no se pasa la prueba final del Primer Nivel es imposible alcanzar el Segundo, ya que nuestra psiquis y cerebro y sus órganos receptores de energía no funcionarían en tal sentido ya que no tienen una respuesta motivacional y tanto las dentritas y axones de una gran parte de nuestras neuronas no transmitirían el mensaje a todo nuestro ser porque no tendrían nada que trasmitir. Por tal motivo, pasar el Primer Nivel es fundamental. De otra forma no funcionaría.

   Los ejercicios para aprender el Arte de la Felicidad son simples pero rigurosos en su cumplimiento. En primer lugar debo decirles que se debe tener la mente bien abierta. No debe existir ningún obstáculo o “basura” mental, sea ideológica, moral o religiosa, que obstruya el hilo conductor del ejercicio.
   Con el Arte de la Felicidad se busca conformar, motivar, tonificar y agrandar en cientos de neuronas nuevas la masa encefálica gracias a la neuroplasticidad de nuestro cerebro. Se trata de entrenar y educar a nuestro cerebro con ejercicios diarios, tal como si se tratase de ejercicios físicos para agrandar y tonificar nuestra masa muscular.
   De tal manera, comenzaré relatando en qué consisten estos ejercicios una vez que la mente esté sin obstrucciones y no tenga “basura” en ella. En primer lugar hay eliminar de la mente pensamientos y emociones negativas como la ira, la envidia, el odio, celos, codicia, etcétera y convertirlos en estados de ánimo positivo que conlleven a la paz, al amor y comprensión, a través de pensamientos positivos imbuidos de perdón, compasión y tolerancia, los cuales llevarán al ser humano a la felicidad. En segundo lugar hay que ser totalmente optimista y positivo y no dañar a nadie. En el Arte de la Felicidad no existe la palabra enemigo, sólo amigo, semejante, prójimo, al que hay que ayudar y amar. El tercer paso consiste en amar a la vida y a la naturaleza, como a todos sus componentes, sean microbios, animales, plantas, montañas, etcétera, y considerarlos como parte de un todo y, ese todo, también eres tú. Es la simbiosis milagrosa del todo y la nada, el alfa y el omega. Tienes que sentirte y convencerte, sin el menor dejo de duda, que eres un engranaje importante de ese todo y que ese todo también necesita de ti para subsistir. Al hacer los ejercicios descritos de diez a quince minutos diarios, pronto empezarás a sentir amor, mucho amor, a amarte a ti mismo y, sin darte casi cuenta, a sentirte inmensamente feliz, porque además de otros atributos, comenzarás a conocerte a ti mismo y, lo que es mejor, a aceptarte y quererte tal como eres.


   En fin, el Arte de la Felicidad consiste en ejercitar el cerebro diariamente con pensamientos positivos y la panacea para que el ser humano lo pueda lograr en forma rápida y efectiva es amando al prójimo como a sí mismo. El amor y la fe lo es todo… ¡Inténtenlo y su vida comenzará a cambiar!